LIBRO: LA BAILARINA DE AUSCHWITZ. Edith Eger

Edith Eger

Brotan lágrimas de mis ojos, o más bien, caen. Así también caigo yo en silencio, en un estado de profundo aquietamiento al terminar de leer esta danza de letras e historias que realiza la autora logrando exorcizar la danza macabra del sin sentido.

Y ¿qué brota con la lágrima? Quizá la conmoción veraz de la posible empatía humana, junto con el recuerdo del sufrimiento como aspecto ineludible de la vida y la pregunta persistente por la libertad.

En el libro atestiguamos las piruetas hechas por una bailarina quien tuvo que deshacer sus conocidos pasos de baile y crear una coreografía única para lograr la supervivencia en el campo de concentración y exterminio nazi, y luego la búsqueda de sentido y autorrealización apoyando a otros como psicóloga.  ¡Danza humana y vincular!

Esta lectura me devolvió a mis años de estudio universitario, a ese momento de vértigo al iniciar una nueva consulta con los primeros pacientes; también me actualizó el mismo vértigo sentido en una clase de baile; el terror cuando veo una escena violenta; el dolor por visiones de muerte colectiva; la responsabilidad frente a la propia responsabilidad… ante tantos rezagos de trauma individual y social; y un anhelo de sentido, de convocar el Sentido de Vida diariamente en mi labor terapéutica.

Auschwitz por fortuna ya no es campo de exterminio, sin embargo, los hechos ocurridos allí nos acompañan a todos de alguna manera como especie. La autora realiza una danza inspiradora con su experiencia y nos deja algunas valiosas pistas para afrontar nuestros propios territorios de masacre, aniquilación y muertes internas y externas:

«Podemos prestar atención a lo que hemos perdido o prestar atención a lo que todavía tenemos».

«Curar es apreciar la herida».

«He sido victimizada, pero no soy una víctima».

«Ser pasiva es permitir que otros decidan por ti.  Ser agresiva es decidir por los otros.  Ser asertiva es decidir por ti misma. Y confiar en que eso basta, que tú bastas».

«Cuando dejas de hacer sólo lo mejor para ti y empiezas a hacer lo que crees que alguien necesita, estás tomando una decisión que tiene consecuencias para ti».

«la libertad radica en examinar las opciones disponibles y evaluar sus consecuencias».

«El perdón no consiste en perdonar a tu abusador por lo que te hizo.  Consiste en que perdones a la parte de ti que fue victimizada y la liberes de toda culpa».

«No hay perdón sin rabia».

«El tiempo no cura, lo que cura es lo que haces con el tiempo».

Deseo que si te embarcas en esta lectura te guíe la buena pausa, el compartir con alguien cercano y todo el respeto hacia el dolor de quienes nos narran sus traumas y tragedias.

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