Nyx: La Noche

La Diosa Noche y sus historias con el Amor

Nyx

En la luna nueva especialmente, la Noche es protagonista y nos rodea sin los matices lunares visibles, por ello, se activa más su influjo envolvente como una cueva madre oscura y acogedora que alberga nuestros misterios e inspiraciones y/o nuestros temores y agobios.

Noche, Nyx, también es una diosa primordial, vinculada al origen y al origen de los orígenes junto con Caos, su padre y el negro Erebo (oscuridad) su hermano.  Los antiguos griegos dieron a esta diosa una connotación elemental como impulso generador, así como El Inframundo, La Tierra y El Cielo, y como cada uno de ellos, creó su propia descendencia.  Tal descendencia estaría relacionada con aquellos aspectos no muy sencillos de vivenciar, pero inevitables, ineludibles y ordenadores de la experiencia humana:

La muerte, el destino, el éter, el brillo del día, El sueño, las Moiras, la amistad, la venganza, el dolor, la discordia, la vejez entre otros, hacen parte de su prole.  ¡Tremenda Madre!

Lo que más me atrae y apasiona de las historias de esta diosa es precisamente ese aspecto fecundo, generador de la luz del día y sobre todo, la imagen de ser incubadora del huevo primordial de donde emerge:  Eros, El Amor:

«Según Aristófanes, la Noche, cuando la Tierra, el Aire y el Cielo aún no existían, engendra un huevo en el seno infinito del Erebo, y de ese huevo sale Eros, El Amor o, más exactamente, el principio de atracción que permitirá juntarse a las criaturas para crecer, multiplicarse y participar de la lucidez y lo bello. (…) Eros se unió de noche al Caos alado en el vasto tártaro e hizo nacer la raza de los pájaros, la primera en aparecer de las especies vivientes.  De este modo, antes de que el Amor uniese todos los elementos y aún antes de que existieran los inmortales, las aves poblaron al universo quizá para acentuar la importancia del vuelo, la libertad cifrada en su condición».

Esta historia atípica, y por lo demás preciosa en sus imágenes, nos sitúa ante la evidencia de la íntima relación entre la Noche, el Amor, la libertad y la creación.

Sin la diosa Nyx, la luz no tendría sentido y el Amor no hubiese sido engendrado, tampoco estaría dotado de misterio, profundidad y desafíos de oscuridad, no podría ser maduro o completo.

Sin Nyx todo vacío sería infértil y no tendríamos promesa de lucidez, aquello que nos mantiene vivos.

En noches de luna nueva, recordémosla a Ella, a la diosa, en su versión más primigenia como abrazo oscuro del mundo por venir, de nuevas ideas, nuevos sueños, nuevas semillas.  Sembremos con Nyx en esta luna huevos eróticos de esperanza y descansemos por un instante en la negrura de su seno.

Feliz noche de luna nueva.

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