Hoy amanecí pensando en el escritor Colombiano Fernando González. Y particularmente en una cita de su libro «viaje a pie» la cual me salvó un día en el que me encontraba al borde de un estado emocional muy penumbroso, hoy se las comparto por si acaso:
«A pesar de esta abrumadora tristeza, pondré contención y arte (Alegría) en mi vida. Ese es el imperativo categórico: Alegrarnos y alegrar a quienes nos rodean. Estoy triste porque no hallo un fin que me interese. Si todo es igual, ¿Por qué no adoptar el de la alegría? En eso consiste ser buenos, en alegrarnos.»
Y no se trata de ignorar los otros estados emocionales, sino viajar a través de ellos y elegir por el más íntimo, genuino y desprovisto de decorados vanidosos. En los textos de Fernando González me he encontrado esa clase de medicina.
Les recomiendo también el «Libro de los Viajes o de las Presencias», una obra de profundidad en las vivencias de un hombre muy adelantado para su época (1940). Me ha llamado mucho la atención el tema de sus libretas de notas y muy especialmente la teoría del viaje: de viajar en todo, por los mundos de los autores, de las experiencias, de las palabras, y mucho más allá de las coordenadas conocidas.
Su talante espiritual, pero sin dejar de rescatar y afirmar la vivencia humana, me conmovió profundamente. Por ejemplo:
«Alegría, placer, dolor y tristeza son satisfacciones o contradicciones en el mundo pasional, en las vivencias pasionales. Y en esta tierra no es posible librarse de ello, porque son el material para el viaje.»
«No hablará mi lengua ni escribirá mi mano sino para examinar y buscar la intimidad en mis vivencias. Gran respeto a los demás en las suyas, y ayudarles a entenderlas. Todo el amor y el esmero que ponga ahí será poco. Ningún respeto, ni siquiera atención, a lo mentiroso.»
¡Buen viaje por sus lecturas y buen viaje por sus emociones y estados viajeros!