El árbol y la Estrella

"¿Has escuchado la canción de la vida, sonando entre los nudos, las hojas y las ramas del árbol?.  Los árboles tienen mucho que contarnos si estamos dispuestos a escucharlos".  Sabiduría de los navajos. Lobo Negro y Gina Jones.
"No tiembla la luz de las estrellas. Tiembla nuestra mirada, sabedora del enorme esfuerzo que esa luz ha realizado por dejarse ver". Lorenzo Oliván.

El árbol y la estrella son dos potentes símbolos presentes en la mayoría de las tradiciones.   Se podrían escribir tratados completos, y seguro ya existen, a cerca de  la historia, iconografía y las representaciones sobre ellos.   Por mi parte, podría resumirlo en otras dos grandes palabras: la tierra y el cielo, con todas sus implicaciones posibles.  El brillo de la estrella nos trae el cielo a la tierra, y el árbol como eje del mundo, en su verticalidad, nos acerca la tierra al cielo y conecta el cielo al subsuelo.  La estrella es fuente de energía, inspiración y conciencia.  El árbol es fuente de vida, nutrición y regeneración cíclica.

He querido hoy traer estas imágenes por su presencia continua en estas épocas del año, además de su aparición siempre constante en los sueños propios y de pacientes.

Digamos entonces que son dos símbolos esenciales de gran connotación sagrada para las diferentes tradiciones y pueblos.  Amplifiquemos un poco estas dos poderosas imágenes:

ÁRBOL

Por su condición de regeneración y vida inagotable en sus procesos de crecimiento, muerte y regeneración, simboliza la inmortalidad en sentido micro y macro cósmico, a su vez, también representa la naturaleza humana y su continua evolución.

El árbol es símbolo puente de conexión entre los mundos superior, intermedio e inferior (copa, tronco, raíces). En el cristianismo y la iconografía cristiana está asociado a la cruz de la redención.  Dos árboles son motivos principales en esta tradición: el árbol de la vida y el árbol del conocimiento.  En las tradiciones judías y cristianas su simbología está relacionada con la vida del espíritu.  Cristo es a la vez sol (estrella) y árbol.

«El árbol se compara al pilar que sostiene el templo y la casa, a la columna vertebral del cuerpo; las estrella son los frutos del árbol cósmico.  El árbol presenta seguridad sobre un plano espiritual, en el sentido de la manifestación». (Diccionario de símbolos. Chevalier) De nuevo aquí la relación entre el árbol y la estrella, materia terrestre y celeste.

En la mitología nórdica, el árbol cósmico, hunde sus raíces en el corazón de la tierra donde se halla el infierno.

Otra imagen para destacar es el árbol de los ancestros, el árbol genealógico en cuyas raíces está plasmada nuestra historia evolutiva perteneciente a un linaje.

En muchas imágenes el sol y las estrellas están asociadas al árbol, en la india, por ejemplo, se halla el árbol triple con tres soles.  Sin embargo, lo que más se resalta es la dinámica de comunicación y relación entre la tierra y los soles y estrellas, a través del árbol escalera, puente, conexión; en ese sentido, el humano, es también un árbol y su esquema corporal tan bien diseñado por Da Vinci es a su vez, estrella y eje vertical

ESTRELLA

Rider tarot

Fuente de luz, símbolo del espíritu.  La estrella es guía para el hombre en su camino, entre los mundos y el cosmos.

Para los antiguos, las estrellas eran una manifestación de los poderes divinos en funcionamiento.  Marcaban el paso del tiempo y estaban asociadas a los destinos de la humanidad.  «Estrechamente ligada al cielo del que depende, la estrella evoca también los misterios del sueño y de la noche; por brillar con brillo propio, el hombre debe situarse en los grandes ritmos cósmicos y armonizarse con ellos». (Chevalier)

Asociada a los «elegidos», a seres con «estrella», cuyo destino está ligado a grandes propósitos para la humanidad:  Cristo, Buda.

Según su forma y número de puntas también sus diversos significados:

La estrella de seis puntas, la estrella de David, simboliza el abrazo entre el espíritu y la materia.

La estrella de cinco puntas señala el microcosmos humano, símbolo del centro y de la fuerza del universo en expansión.  También representa la estrella de Belén, la estrella del nacimiento. 

La estrella de ocho puntas simboliza la Diosa, la Gran Madre, la Reina del cielo y de la tierra en sus diferentes acepciones, por ejemplo, Venus. 

En algunas tradiciones de Guatemala las estrellas representan también las almas de los muertos.

Como gran centro de los cielos y guía para navegantes tenemos la estrella polar que permanece fija en su cuadrante septentrional, y las otras estrellas parecen girar a su alrededor como si fuese un eje fijo, saliendo y poniéndose con las estaciones.  Esta estrella en la tradición celta es el hogar de la diosa Arianrhod, «Rueda de Plata», una diosa del nacimiento, la iniciación y el renacimiento.

Vemos pues, cómo en estas apenas generalidades simbólicas, los atributos y representaciones del árbol y la estrella están tan profundamente vinculados con la evolución del ser humano en el planeta.

Somos árboles y somos estrellas.  Estamos directamente conectados con la tierra madre y necesitamos de un centro físico y psíquico para dar frutos y expandirnos.  Y estamos identificados con el halo estelar y necesitamos de su guía e inspiración lumínica para vernos, reconocernos y brillar.  

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