En 89 páginas Ana Jaramillo destila como eficaz alquimista una profunda reflexión acerca de diferentes aspectos que rodean la experiencia del cuerpo y la mente. La enfermedad, la percepción, y las variadas formas de acercarse a estas cuestiones tanto desde los actuales paradigmas científicos como también desde otras prácticas menos convencionales, pero sobre todo, y lo más resaltante para mí, desde la pregunta por la conciencia.
Pensar el cuerpo, sentir el cuerpo, padecerlo, expresarlo, interrogar la realidad a través de sus percepciones y pretender «curarlo», silenciarlo o entenderlo, son asuntos que como vapores sutiles emergen de una narrativa poética, honesta y muy creativa en su presentación, pues a través de una mixtura de recursos literarios inherentes y muy acordes a cada uno de sus contenidos, nos hace recorrer el territorio del alma en el cuerpo haciendo honor a su precioso epígrafe:
«el alma está hecha de carne». Jonah Lehrer
Mientras leía, imaginaba su alambique, sus herramientas creativas para componer y «recolectar lo primordial» en sus palabras, historias y reflexiones. El libro posee además un hilo onírico, que como buena amiga de las imágenes del alma que soy, me cautivó y da cuenta también de la mirada interior y el sentido íntimo de cada relato.
En destilar, los elementos de la vida logran presentarse al lector de una manera delicada, refinada, bella. Y no puedes dejar de pensar, no puedes dejar de sentir, no puedes dejar de recordar ni asombrarte con el misterio de aquello que llamamos conciencia, a veces un milagro, otras un dolor, pero siempre un misterio.
Recomiendo su lectura, relectura y reflexión.
Ángela R.