Alejandro Roldán

Desde que conozco a Alejandro he atestiguado su apuesta continua para integrar la creatividad en y para la educación.  Concretando y expandiendo horizontes creativos en todas las poblaciones con las cuales ha trabajado.

Psicólogo con maestría en investigación psicoanalítica. Ha estado dedicado a la intervención psicosocial en diferentes comunidades y niveles: desmovilizados en programas para reintegración con espacios culturales, las bibliotecas y ahora con innovación. 

Actualmente trabajas en ruta N como profesional de innovación organizacional, ¿de qué se trata ese cargo?

-«Soy el coordinador del laboratorio de innovación educativa. Es un espacio que se piensa como refugio para maestros del área metropolitana que quieran diseñar experiencias de aprendizaje diferentes a las cotidianas».

¿Qué significa para ti la creatividad y cómo está presente en tu vida?

-«la creatividad es un concepto bastante amplio, podría hablar de sus manifestaciones, y el arte es una de ellas, pero también el ingenio, la ingeniería, la ciencia.  Es una acción de transformar cosas.  Es una oportunidad».

Alejandro y yo

¿Cómo articulas o relacionas la creatividad con la innovación?

-«Son conceptos muy cercanos:  creatividad, innovación, ingenio.  Creo que a veces se confunden.
La innovación tiene algo muy diferencial y es que también está enmarcada en un mercado.  Innovación no es simple creatividad, sino que es creatividad más mercado. Mientras que la creatividad es un acto en sí mismo y el ingenio está más enfocado a resolver problemas».

¿Te consideras un hombre creativo?

-«Soy ocurrente, admirador de la creatividad y creo que por medio del diseño de proyectos hago cosas creativas, proyectos que tengan cierto impacto en comunidades.  En lo relacional, en los proyectos es donde más me fluye la creatividad».

¿Hay alguno de esos proyectos del que nos quieras hablar?

-«El proyecto de Interchange. Fue producto de unos muy buenos encuentros.  Yo era coordinador cultural de la biblioteca España y tuve la oportunidad de conversar con un grupo de investigadores de estados unidos y eso generó un proyecto muy bonito.  Primero nos permitió hacer un curso de nanotecnología y conectar investigadores con los jóvenes de la comunidad. En principio fue conectarlos con un saber de punta, con una unidad de investigadores, pero después fue surgiendo una oportunidad de conectarlos con otros roles.  Y muchos chicos  han sido seleccionados para poder viajar a la universidad de Purdue.  Lo que algunos de ellos han hecho después de esa experiencia, me ha sorprendido mucho».

– ¿Tienes un estilo creativo particular?

«No, la verdad no tengo un estilo especial.  Trato de tener momentos de soledad creativa, me permito elucubrar, o hablar en voz alta, escribir, tomar notas de voz.  He tenido proyectos que surgen de esas conversaciones íntimas. A veces también soy muy caótico».

Fotografía by Ángela Ramírez

¿El caos lo relacionas con la actividad creativa?

-«Creo que a veces está bien dejarse ser caótico, dejarse perder, dejarse disolver un poco y ahí emergen cosas creativas: imágenes, metáforas, ideas».

¿Cómo crea entonces Alejandro?

-«A partir de un propósito, a partir de algo interno. En las conversaciones. Trato de generar escenarios de conversaciones para poder crear». 

¿Tienes algunos referente o inspiraciones para tu actual labor creativa?

-«Sí, trabajando en investigación y acción participativa, Orlando Fals Borda era un teórico y sociólogo muy importante para la investigación.  Tiene un texto que se llama la doble historia de la costa y es un libro escrito en lado A y lado B.  El lado A es la narración coloquial y el lado B era el análisis teórico. Él es un gran referente en mi trabajo.  Desde la ética, algunas propuestas éticas puntuales en Lacan y Freud.  El esquema Lambda de Lacan me ha permitido pensar las relaciones».

¿Cómo se puede desarrollar el «músculo creativo»?

-«Para mí, la lectura de la literatura y sobre todo la de la poesía, me parece que es uno de los ejercicios que siendo difícil te rompe lingüísticamente y te lleva a límites del lenguaje que son muy importantes conocer y vivir.  La música también, pero sobre todo la literatura».

¿Piensas que para crear se necesita sufrir, o es posible una vía creativa sin sufrimiento?

-«Creo que la creatividad puede tener cierto «ancho de banda», como cuando sintonizas cierta música en la radio.  Pienso que hay momentos en la creatividad que pueden ser eufóricos, brillantes, coloridos, pero también hay algo de la nostalgia y la melancolía que regodea la creatividad. Muchos artistas lo han mostrado, en la música, por ejemplo, el tango.  Muchos escritores también viven de regodearse en una melancolía creativa, un blues.  Hay un entorno creativo que puede ser más apolíneo mientras que hay otro que es más dionisiaco».

¿Por qué es importante pensar hoy sobre creatividad?

-«En una época en la cual hay una obligada redistribución del trabajo porque el desarrollo tecnológico está bastante avanzado, hay que pensar la creatividad como un refugio y una oportunidad de diferenciarse en lo profesional y en lo personal.  

La creatividad es una oportunidad para atender un problema muy serio en esta época, y es la crisis en el desarrollo del talento:  nos estamos perdiendo las oportunidades que el mundo ofrece y hay una brecha de inequidad gigante. Eso nos obliga a estimular la creatividad, para resolver esos problemas.  La creatividad a partir de la contemplación es bella, y el arte es fundamental, y la inutilidad del arte como lo decía Oscar Wilde, también tiene sentido, pero es una época en la que la creatividad debe tener un lugar político».

-¿Tienes algún proyecto en marcha del que nos puedas contar?

-«Con el laboratorio de innovación en educación queremos hacer un experimento. Un pequeño ecosistema de diferentes entidades, desde escuelas, emprendedores en educación y fundaciones empresariales que compren productos en educación. Con eso hemos venido trabajando con un grupo de maestros creando unas metodologías llamadas metodologías ágiles; con un grupo de emprendedores que están diseñando productos para la educación y hacemos conexiones entre ellos para que se produzcan mejores negocios.  Fundamentalmente creemos que es la manera más directa de «hackear» un sistema educativo, muy anacrónico, y de repensar la educación. Es nuestro granito de arena a propósito del tema del talento humano».

Gracias a Alejandro por hacer parte de la renovación, innovación y cambio en la educación para los jóvenes de nuestra ciudad.

ANGELA RAMÍREZ C. 2018